La fe de un niño



Hay muchas cosas que he aprendido siendo mamá, como la paciencia, el amor incondicional, el ser proveedora y que esto me impulse a crecer, en fin muchas cosas que no podría describirlas en un solo post. 

Pero creo que una de las cosas que no me dejan de sorprender es como los niños confían y creen sin dudar. 

Me encata ver soñar a David, como imagina y juega con esas galaxias sin conquistar, con esos planetas extraños y con esos agujeros negros que lo transportan a donde el quiere llegar. 

Entre todos estos sueños y magia hay algo que ha ido creciendo y es su fe, fe en Dios, fe en que los imposibles pueden pasar, fe en que es capaz de lograr algo si se lo propone. 

Y es que en ese pequeño mundo, en esa cabecita pareciera que no hay espacio para dudar, el va aplomado con confianza, con inocencia, lleno de curiosidad y magia de niño.

Donde yo veo paredes enormes, el ve rampas, donde yo veo trampas el ve propulsores, donde yo veo tristeza el ve consuelo. 

En fin espero aprender más de el y enseñarle menos de mis limitaciones para que siga logrando  sus metas y que cuando un problema se asome, su fé apunte alto y que no lo permita caer. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Alguien lavo mi carro!!!

Después de tanto tiempo, ¡Qué sorpresa!

De este lado del planeta...